Durante los últimos doce años hemos trabajado con muchas Startups y emprendedores a quienes ayudamos a materializar sus ideas. Algo que nos encanta de ser desarrolladores de software, es que nos permite sentarnos cara a cara con los fundadores. Las personas que tuvieron la visión sobre cómo su producto o servicio podría cambiar el status quo, y ayudarlos a transformarla en realidad. Ya sea que se trate de una empresa relacionada a la tecnología, o no, hay un componente de éxito común con el que nos encontramos en todos los casos.

Se suele asumir que el éxito depende de ciertos factores cómo puede ser la idea del proyecto, su ejecución, sus líderes, o si disponen de los fondos necesarios para concretarla. De alguna manera, todos influyen pero creo que ninguno termina de ser el factor determinante.

Aquí les comparto mi hipótesis, y abro espacio para quien quiera intercambiar opiniones al respecto:

Sobre las ideas

Hemos sido testigos de muchas ideas buenas que nunca llegaron a materializarse y de ideas malas en las que se invirtió mucho dinero sin que llegasen a tener éxito. La buena idea no necesariamente es garantía de nada. Se podría decir que es condición necesaria, pero no suficiente.

Sobre los fondos

Inicialmente, el desarrollo de una Startup tampoco suele depender de cuántos fondos tenga. Muchas empresas arrancan auto-fondeadas, re-invierten utilidades, y nunca necesitan de una inversión externa para desarrollarse (ese fue nuestro caso en The App Master por ejemplo). Quizá sea necesario tener un apoyo financiero para poder escalar a mayor velocidad una vez que exista una prueba de concepto, pero las bases del proyecto, en la mayoría de los casos, pueden construirse sin necesidad de atraer inversores a la mesa. De ahí la típica anécdota de que las grandes empresas comenzaron en un garaje.

Sobre los líderes

Definitivamente hay líderes que marcan mucho la diferencia. En un evento del Alumni de ESADE al que asistí hace algunos años en New York, participó Anshuman Vohra, el fundador y creador del gin Bulldog, quien luego vendió su compañía a Campari por 51 millones de Euros. Se trata de una persona muy carismática; de hecho, alguien del público le llegó a preguntar si era consciente de que el valor más importante que tenía Bulldog era él, y no el producto. Se rió y muy diplomáticamente desvió la atención. Pero es cierto que a veces hay líderes que impactan más que la marca en sí y pueden llegar a generar un fanatismo que no necesariamente es señal de éxito. Existen casos como los de Steve Jobs (Apple), o Elon Musk (PayPal, Tesla, SpaceX), pero también otros como Adam Neumann de WeWork.

Sobre los equipos

La mayoría de la gente piensa que tiene su trabajo gracias a que fueron elegidos por la empresa para formar parte de ella. Ese es un error de percepción muy habitual. La realidad, es que una empresa elige a quién emplear, y luego desde ese día en adelante es el empleado quien elige a la empresa. Es por eso que muchos nos esforzamos en que la gente trabaje contenta, que se desarrolle profesionalmente y crezca. Que nos siga eligiendo cada día.

Hoy en día, nadie está obligado a trabajar en la misma organización por el resto de su vida, pero mucha gente se comporta como si así lo fuera. El secreto entonces reside, indudablemente, en las personas que forman la empresa. Ya sea en su rol de líderes, o como integrantes del equipo en cualquiera de la áreas, todos contribuyen al éxito. Son el motor que transforman las ideas en realidad, quienes apuestan a que el proyecto crezca, ese creo en mi opinión que es el secreto de todas las startups exitosas.