La cocina de los proyectos
Si buscamos la definición básica de un proyecto veremos que es: “un esfuerzo temporal que se lleva a cabo para crear un producto, servicio o resultado único”. Si indagamos más acerca de estos y cómo dirigirlos podremos encontrar diversos detalles, técnicas y estrategias a seguir para lograr que un proyecto sea exitoso.
Sin embargo, para poder explicarlo coloquialmente, se pueden aclarar algunos conceptos apelando a un ejemplo de proyecto pequeño y cotidiano, por ejemplo, manejar la cocina de un restaurante con el PM (Project Manager) sería el chef principal o administrador de la misma.
Para que el restaurante sea exitoso necesitará contar (entre otras cosas) con:
- personal calificado
- buena calidad en sus platos
- un buen servicio hacia los comensales
- que el nivel de calidad general sea consistente a través del tiempo
De igual manera, en la administración de cualquier otro proyecto, como en nuestro caso el de software, es necesario que el equipo cuente con la experiencia para el trabajo. Ahora la pregunta es ¿cómo asegurar la calidad y la consistencia?
En nuestro ejemplo inicial se logrará siguiendo los pasos de las recetas, utilizando los mejores ingredientes disponibles y dando un buen servicio al comensal. Las recetas en el mundo de los proyectos se conocen como procesos. El responsable de la creación de esos procesos es el PM quien los irá mejorando con el tiempo y feedback de los clientes. Estos le ayudarán a
- coordinar el trabajo a realizar con el equipo
- gestionar las entregas correspondientes
- garantizar que se entregará un producto de calidad, reduciendo así el riesgo de cualquier inconveniente
Enfocar la gestión de los proyectos a procesos, llevará eventualmente a la consistencia, madurez y previsibilidad de los mismos. Esto no implica que no haya lugar para la innovación o experimentación, por el contrario, la idea es que se propicien dentro de un marco de trabajo definido.
Como dice el chef Alain Ducasse «La genialidad sin la base de un producto no tiene sentido. Pero la creatividad, si no hay un proyecto, tampoco tiene razón de ser«